miércoles, 18 de diciembre de 2013

Por Enrique Gil Piqueras (alumno de 2º de Bachillerato, antiguo alumno de teatro).
Saludos, lector que se quedo a medias con mi artículo anterior. Y si no has leído el otro artículo, te lo estás leyendo de inmediato. ¡QUE SI NO HACES TRAMPA!

Os dejaba pues con una información muy general sobre el teatro en sus orígenes (si creías que te iba a dar más pistas sobre el otro artículo, estabas soñando). Ahora toca comentaros sobre esta obra de Sófocles que me he leído: Edipo Rey.

Para poder entender la temática de la obra, primero hay que conocer el mito en el que se basa:

Erase una vez una ciudad llamada Tebas (listo, en Grecia había una polis llamada Tebas, no es un error. Ya sé que en Egipto también estaba Tebas. Pero esta es la griega). En esta ciudad gobernaba un rey, Layo, casado con su señora reina, Yocasta. Tuvieron un hijo al que llamaron Edipo (que nombres más bonitos y sencillos tenían todos, ¿verdad?). Todo iba muy bien, todos contentos. Al menos, hasta que un oráculo profetiza que Edipo matará a su padre y ocupará su lugar, como rey y como marido de Yocasta. Para evitar que se cumpliera, pues recurrieron al método fácil: dárselo a un criado, que saque al bebe de la ciudad y matarlo. Todo funcionó, salvo la parte de matar. El niño fue de mano en mano hasta llegar a manos de los reyes de Corinto. Allí creció con normalidad, le fue bien, etc. Hasta que de nuevo aparece la profecía mencionada antes. Pero Edipo no sabía que sus padres de sangre no eran esos. Por lo que, con miedo de cumplir el presagio, huye de Corinto. Conoce en su fuga un problema que en una ciudad llamada Tebas tenían, una esfinge (criatura mítica que como hobby te preguntaba enigmas y si fallabas, pues te comía. Así de simple) que asolaba la ciudad. Se mueve para allá. En el camino tiene un altercado con un señor y sus guardias. Edipo mata a todos menos a uno, que huye a contar la noticia de que “un grupo” de asaltantes había matado a Layo, rey tebano (chanchanchan! ¡Se cumplió media profecía!). Edipo sigue con su viaje, llega a Tebas y afronta el desafío de la esfinge. Resulta que era muy listo, así que cuando la esfinge le pregunta “¿Qué animal es el único que por la mañana anda a cuatro patas, a mitad del día sobre dos, y al atardecer a tres?” responde “el hombre” (si, es correcta. Pensarlo un rato, que le pillareis el truco). La esfinge se va de la ciudad, Edipo es el héroe. Y como recompensa, le permiten casarse con la reina viuda y ser el rey. Tendrá cuatro hijos con ella (esto, lectores, se llama incesto: mantener unas “relaciones” con tu progenitor poco “ortodoxas” y tener “hijos-hermanos”. Imaginároslo, hijos-hermanos…).

Bueno, pues Sófocles, como muchos autores de teatro en la época (aunque aparte de Sófocles se conocen a muy pocos autores), escribían sus obras basándose en los relatos tradicionales, y reflejan una filosofía, moraleja, valores o como quieras llamarlo.

El caso de Edipo es que la ciudad, tras varios años, está siendo azotada por diversos males, la ira de los dioses la causa. El oráculo de Delfos, muy relevante en la época, dio la solución: hacer justicia sobre la muerte de Layo, pues su asesino se halla en la ciudad sin recibir castigo por su crimen. Edipo da la orden de desterrar, incluso matar si es necesario, al culpable. Trata de averiguar los detalles del crimen. Podéis imaginar que desconocía la verdad desde dicho enfoque. No os cuento el final, por si no lo conocéis, pero es una parte, para mí, de las más espectaculares, sobrecogedor. Quentin Tarantino puede haber tomado nota de este final…



Aparte de la temática, es increíble los valores que detrás de los hechos se hallan: la fortuna, el destino, inamovible, que se cumple con los diversos hechos que acontecen, y la responsabilidad por los actos de uno, que creerme, en esta obra te muestran un ejemplo muy radical pero significativo de asumir el crimen y sus castigo.

Recomiendo a los interesados que le echen un vistazo, teniendo en cuenta la calidad de la traducción y que a lo mejor no es fácil de leer. Una buena forma de adquirir conocimiento de mitos y de cómo era el teatro en sus orígenes.

Y por ahora esto es todo. Espero que os haya gustado.

¡Felices fiestas!


martes, 17 de diciembre de 2013

Por Irene Zapatero (alumna de 6º Primaria).

Cuando decidí apuntarme a teatro sentía mariposas en el estómago, pero cuando pase el casting me sentí bien, me parecía que iba a ser divertido y que me lo pasaría bien. Cuando empezaron las clases me sentí emocionada por estar con mis compañeros.

Ese día hicimos nuestra primera improvisación que se trataba de que un banco era atracado por una ladrona. El segundo día intentamos pegar un susto al profesor, pero nunca lo conseguimos. Hubo un lunes que hicimos animales. Me encantó el otro día, nos fuimos a ver un espectáculo en inglés, pero estaban dando todo el rato la espalda y no veíamos lo que hacían.

Cuando estamos en teatro es como que la gente se siente como una actriz y un actor. Espero que este año podamos hacer alguna obra. Lo que más me gusta de teatro son las improvisaciones y lo que menos los trabalenguas porque me hago un lio siempre.

El profesor es muy majo y encima se llama como mi abuelo. En teatro hay muchos objetos con los que se pueden hacer obras y a veces jugamos con ellas. En teatro estoy con mi mejor amiga, Catalina, pero casi nunca hacemos obras juntas.



A veces el calentamiento es un rollo, pero para no hacernos daño lo tendremos que hacer. Ahora ya estoy acostumbrada a los calentamientos y otras cosas. Seguramente este año aprenderé muchas cosas, actuaré delante de mis amigos, me reiré y me divertiré muchísimo.


lunes, 16 de diciembre de 2013

Por Enrique Gil Piqueras (alumno de 2º de Bachillerato, antiguo alumno de teatro).

Saludos a todos, aquí un actor fuera del escenario vuelve a las andadas para contaros alguna cosa sobre el mundo del arte dramático.

Yo me he puesto a escribir estas líneas, que aviso ya que el artículo va para largo, para hablaros sobre el teatro en Grecia, cuna de este arte. También os comentare sobre una obra de la época que he leído (y por eso escribo este artículo): la tragedia de Sófocles, Edipo Rey.

Bien, empezando por el comienzo, que para eso está, os explicare un poco como surgió el teatro. Todos los presentes que vieren y entendieren sabréis que en Grecia una cosa muy a destacar es la religión. Una religión politeísta no oficializada, en la que las “Polis” o ciudades-estado tenían cada una su dios protector (equivalente a las vírgenes y santos patronos que tenemos en las ciudades y pueblos en la actualidad). En el culto de estos dioses se incluía, en algunos casos, festividades orgiásticas similares a nuestros carnavales. En ciudades en las que la “democracia” de la época se había instaurado como modelo político, y por supuesto el ejemplo claro es Atenas, esta forma de culto fue avanzando hasta convertirse en un espectáculo, conocido comúnmente como teatro.

¿Y cuándo era el momento clave de las representaciones teatrales en Atenas?

Pues una fiesta conocida como las Grandes Dionisíacas, en honor del dios del vino Dioniso. En estas los dramaturgos, con el apoyo económico de un patrocinador, montaban sus espectáculos en una competición, componiendo una trilogía de tragedias y un drama satírico.

No penséis que la tragedia es una obra seria y desagradable en la que todos terminan muriendo. Bueno, es cierto que hay muertes y otra serie de desgracias al final de la obra, pero no es lo que define a la tragedia. La tragedia era una obra en la que héroes, personajes superiores al resto común de los mortales, se enfrentan a un problema o conflicto moral sobrehumano, al que acaban sucumbiendo. Son ante todo una forma de inculcar valores éticos, y recurren a los mitos tradicionales para enmarcar sus historias.

Edipo Rey es una tragedia, y ya os contare más adelante en este artículo más detalles. Pero antes, ansioso lector que seguro ya estas cortando las venas viendo que aún no llega la parte de Edipo, debo comentar peculiaridades que tenía el teatro, relacionadas con el lugar de representaciones y quienes intervenían en la acción. El teatro se formaba por un graderío para el público, un escenario, y entre estos, una orchestra.



Entre las personas que actuaban, dejar claro diferentes asignaciones:

-Actores: No pasaban de tres habitualmente, representando diversos papeles en una obra. Y no precisamente secundarios. Estos actores recitaban un guión, que realmente era lo relevante de la obra. No eran de gran actividad, sino de dialogar. Y es comprensible con el pequeño detalle de vestir con trajes un tanto incómodos, calzar unas “sandalias” de madera con alzas y llevar una máscara de arcilla. Esta máscara era un elemento importante para amplificar la voz del actor, ante la ausencia de micrófonos. Pero realmente la acústica era de los menores problemas en el teatro. Interpretaban en el escenario.



-Coro: Un grupo de personas que acompañaban el espectaculo con cantos e incluso danzas. No hacian avanzar la accion, sino que entre diferentes episodios cantaban narrando en su cantar lo que acaba de suceder. En estas intervenciones un sector formaba parte de la estrofa y otro en la antístrofa, turnandose cada mitad del coro en estas intervernciones. Luego debemos añadir la intervencion del “líder” del coro, el corifeo, en la acción. Interpretaban en la orchesrta.

Pues se me ha quedado largo este artículo, pero con este vendrá una segunda parte, ya para Edipo y su historia. Hasta otra.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Por Catalina Arribas (alumna de 6º).

Para empezar me gustaría decir que hace unas cuantas semanas empecé teatro y que para mí fue toda una experiencia nueva. El día del casting estaba muy nerviosa, pero confié en que lo iba a hacer bien y me lancé a por ello. Cuando supe que me eligieron y que iba a estar con mis amigas, me puse muy contenta. 

Al siguiente lunes, conocí al profesor que iba a conseguir sacar de mí una chica más valiente. Se llama Antonio, es muy majo, pero a veces no está de muy buen humor. Todos los lunes empezamos la clase con un calentamiento de voz y de movimiento por el escenario. Primero, nos movemos al ritmo de sus palmadas, luego repetimos en voz alta la letra que nos dice o practicamos trabalenguas. Y por último, hacemos interpretaciones, que son obras cortitas e improvisadas. Él hace las parejas y nos dice de qué tiene que tratar la historia. 

Estos últimos días estamos practicando los animales y saber actuar como ellos. Nos ha dicho el profesor que el próximo día iremos a la sala de video y veremos algunos videos que nos ayudaran a ver cómo actúan los profesionales, y a mirar el teatro de una forma diferente. Antonio siempre nos dice que le encantan los carnavales, pero que el teatro no es así, y que el teatro nos va a ayudar a ver que si en la vida te comportas tímidamente no vas a conseguir muchas cosas que te propongas. Por lo tanto, dice que hay que soltarlo todo en el escenario y que no hace falta dejar lo bueno para el final. 

Me encanta el teatro y sólo pido que me lleve a algún sitio en la vida y que me sirva de referencia en el futuro. Sé que mi madre está muy orgullosa de mí porque desde pequeña le ha encantado el teatro.


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