Por Enrique Gil (alumno de 4º ESO).
Sinceramente, esta obra de teatro que vi el pasado sábado 11 de Febrero en el teatro Ciudad de Alcobendas me pareció fascinante.
La historia es una versión moderna y original del cuento de Blancanieves y los 7 enanitos, solo que en esta versión esos enanitos no son tan enanitos… Además, la mayor parte de la historia es de lo más realista, no un cuento de hadas.
Pero algo que me llamo la atención fue el trabajo de los actores. Tenían una sincronización envidiable, es decir, en una escena tú podías ver a los personajes principales, pero a la vez, veías a otros personajes desconocidos que actuaban entre al margen de la historia.
Los diferentes personajes tenían mentalidad propia, y se manejaban por unos sentimientos e impulsos que a veces les guiaban bien, y otras no tanto…
Se me olvida mencionar que, ante todo, esto era un musical (que la verdad, lo raro es que me gustó, cosa poco habitual) y los actores tenían además que cantar y bailar. Los actores tenían un gran control de sus cuerdas vocales, y algunos además, con un gran dominio de la coreografía.
Por último, pero no por eso menos importante, me gustaría hablar del decorado y el trabajo realizado detrás de la escena, que aunque no lo parezca, en una obra de teatro no solo los actores se ganan las lentejas. Los efectos que conseguían con la luz y el humo eran increíbles, hasta tal punto que conseguían por momentos un efecto 3D. Por no hablar de la música, factor vital de esta representación y de cualquier otra que quiera transmitir mensajes al público a través del sonido.
Bien, aquí acaba mi comentario del musical de Blancanieves Boulevard. Gracias vago lector que no tiene nada mejor que hacer por leer esta última línea (si no has hecho trampas y te has venido a leer esto sin mirarte lo de arriba).
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