Las improvisaciones, basadas en los distintos conflictos que el personaje tiene que experimentar en el montaje escénico y las distintas reacciones y comportamientos, que serán los que transmitan al público y la función que debe cumplir en la historia dramatizada:
1º).- El primer paso es realizar un esquema de la partitura de vivencias en las distintas unidades motivacionales en las que el personaje tiene que intervenir y que son básicos para mostrar su dimensión dramática.
2º).- El siguiente paso será crear una pauta para la improvisación de una unidad dramática con similar argumento, pero en la que los intérpretes deberán improvisar diálogos y movimientos, así como la caracterización anatómica y gestual.
3º).- Deberá repetirse la improvisación de cada pauta hasta que se considere haber conseguido el acercamiento al personaje, tanto física como emocionalmente.
4º).- En cada repetición, de cada pauta, se irán incorporando matices nuevos en la construcción y se comprobará después que mejoran la interpretación. El autoanálisis debe incluir observaciones de las emociones y sentimientos experimentados por el intérprete al vivir de forma improvisada las experiencias del personaje.
5º).- Una vez asimilados los comportamientos físicos y emocionales del personaje, en cada pauta, habrá que recurrir a un método de fijación eficaz para memorizarlo y para que ofrezca una fórmula rápida que permita su recreación de forma casi instantánea en los diversos momentos del desarrollo de la acción dramática.
La observación del comportamiento muscular, su memorización y correcciones oportunas permitirán su utilización durante el desarrollo de la representación.
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