Por Daniel Sánchez (alumno de 4º ESO).
El mes pasado, el domingo 19 de febrero, fui al teatro a ver el musical de "El Rey León". Era por la tarde, a las 7. Las entradas tenían un precio elevado, entre 60 y 70 euros, pero la verdad es que merecía la pena pagar por ello. Fue alucinante. Estaban todos los personajes de la película, aunque cada uno interpretado de distinta manera. Por ejemplo, los leones y leonas estaban interpretados por personas que llevaban una especie de yelmos, que simbolizaban las cabezas de los animales. Otros, como las hienas o Timón y Pamba, eran personas con trajes muy grandes.
El mes pasado, el domingo 19 de febrero, fui al teatro a ver el musical de "El Rey León". Era por la tarde, a las 7. Las entradas tenían un precio elevado, entre 60 y 70 euros, pero la verdad es que merecía la pena pagar por ello. Fue alucinante. Estaban todos los personajes de la película, aunque cada uno interpretado de distinta manera. Por ejemplo, los leones y leonas estaban interpretados por personas que llevaban una especie de yelmos, que simbolizaban las cabezas de los animales. Otros, como las hienas o Timón y Pamba, eran personas con trajes muy grandes.
Los personajes que más me gustaron fueron Timón, la suricata, ya que era el punto cómico de una historia que más bien es un drama, y el otro, bueno, las otras, la hienas, porque eran muy tontas y siempre sacaban de quicio a Scar.
Pero lo que más me gustó fue que me recordó a cuando era pequeño, cuando me podía pasar horas y horas viendo una y otra vez la película sin parar.
0 comentarios:
Publicar un comentario