Por Carlos Romero (alumno de 2º ESO).
Mi sueño empezó cuando tenía solo tres años, fui a ver una obra de teatro y yo cuando los veía siempre decía: "Mami esos actores son muy buenos parecen que están aquí mismo y que no están grabados". En el momento me enteré que eran actores de teatro, es decir, que actúan en "directo".
Desde ese momento siempre quise ser un actor de teatro, tanto era así que el año pasado no me enteré de cuándo era el casting y no pude entrar, pero eso no me impidió ir a todas las clases de teatro a ver todo lo que hacían, e incluso sustituí en muchas clases a algunos compañeros porque faltaron.
Lo que más me impulsó a hacer teatro es el hecho de poder hacer reír, llorar, e incluso hacer que me odien solo con la interpretación. Y, la verdad, cuando actúo no represento un papel, sino más bien lo vivo y actúo como si yo fuera ese personaje realmente.
En resumen, creo que hay una frase que tiene mucha razón y es :
"EL TEATRO NO SE REPRESENTA , SE VIVE"
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