Por Daniel Sánchez (alumno de 1º de Bachillerato).
Aquel día me levanté temprano. Tenía que estar a las siete y cuarto de la mañana en la Avenida de América, en Madrid, donde nos recogerían para llevarnos hasta Alcalá, donde grabaríamos "Amar es para siempre". Me duché, me tomé el desayuno, lavé los dientes y me vestí. Mis padres y yo nos fuimos al coche para llegar al sitio donde habíamos quedado. Habíamos quedado en una cafetería. Llegamos un poco antes de la hora. No parecía haber nadie. Había un chico y una chica, que tenían pinta de ser también extras, pero no estaba seguro. Estaba esperando a un señor que se llamaba Benito, no le conocía, pero me lo habían dicho en la agencia. A los diez minutos apareció un hombre mayor y se acercó a los dos chicos, así que realmente sí eran extras.
Pasó lista y cuando estuvimos todos nos subimos en los coches y fuimos a Alcalá.
Cuando llegamos a Alcalá, nos metieron en los camerinos. A los chicos nos hicieron afeitarnos las patillas. Una vez afeitados, nos maquillaron con pote. Al terminar de maquillarnos, nos llevaron a un camión donde estaba el vestuario. Nos vestimos y fuimos a desayunar.
Tras desayunar fuimos a la plaza de la Universidad, donde grabábamos. La primera escena fue fácil, andar de un lado a otro de la plaza. La segunda fue más compleja. Primero andaba hasta una esquina de la plaza y salía. A los cinco segundo volvía a entrar y hacía que esperaba a un compañero. Al poco tiempo aparecía este, hablábamos unos pocos segundos y luego nos íbamos a la esquina contraria.
Continuará....
0 comentarios:
Publicar un comentario